Comentario 1er punto de: Pascendi Dominici Gregis (8 de septiembre de 1907) | PIUS X

1. Pero es preciso reconocer que en estos últimos tiempos ha crecido, en modo extraño, el número de los enemigos de la cruz de Cristo, los cuales, con artes enteramente nuevas y llenas de perfidia, se esfuerzan por aniquilar las energías vitales de la Iglesia, y hasta por destruir totalmente, si les fuera posible, el reino de Jesucristo. Guardar silencio no es ya decoroso, si no queremos aparecer infieles al más sacrosanto de nuestros deberes, y si la bondad de que hasta aquí hemos hecho uso, con esperanza de enmienda, no ha de ser censurada ya como un olvido de nuestro ministerio. Lo que sobre todo exige de Nos que rompamos sin dilación el silencio es que hoy no es menester ya ir a buscar los fabricantes de errores entre los enemigos declarados: se ocultan, y ello es objeto de grandísimo dolor y angustia, en el seno y gremio mismo de la Iglesia, siendo enemigos tanto más perjudiciales cuanto lo son menos declarados.

Hablamos, venerables hermanos, de un gran número de católicos seglares y, lo que es aún más deplorable, hasta de sacerdotes, los cuales, so pretexto de amor a la Iglesia, faltos en absoluto de conocimientos serios en filosofía y teología, e impregnados, por lo contrario, hasta la médula de los huesos, con venenosos errores bebidos en los escritos de los adversarios del catolicismo, se presentan, con desprecio de toda modestia, como restauradores de la Iglesia, y en apretada falange asaltan con audacia todo cuanto hay de más sagrado en la obra de Jesucristo, sin respetar ni aun la propia persona del divino Redentor, que con sacrílega temeridad rebajan a la categoría de puro y simple hombre.

Fuente: Pascendi Dominici Gregis (8 de septiembre de 1907) | PIUS X

Comentario

La sutileza de los enemigos de la iglesia es apoteósica. Guardar silencio no es decoroso. Me gusta. Los enemigos se esconden cierto. Dentro de la iglesia muchos, cierto. Sacerdotes que beben de textos bochornosos. Se presentan además como restauradores de la iglesia. Rebajando como a simple y puro hombre a Cristo. Yo esto lo he visto en la iglesia de los Jesuitas de la calle Serrano, un sacerdote diciendole a toda la gente que si la resurrección de Cristo era algo simbólico, pero no biológico. Que verguenza. No es la misma casuística. Cierto es que ni anglicanos, ni protestantes, llegan a tanto. Musulmanes si. Vergonzoso.

Director proyecto Con San Pelayo.
— Luis Gonzaga Palomar Morán

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