Vivimos tiempos en los que la verdad católica ha sido silenciada, distorsionada o simplemente marginada del debate público. Las grandes estructuras mediáticas, los centros de formación y los espacios de poder social y político están impregnados de principios contrarios al orden natural y cristiano: relativismo, liberalismo, hedonismo, ideologías anticristianas, ingeniería social, ataque a la familia y negación de la ley natural.
Ante esta realidad, es deber de cada católico que ama a Dios y a su patria, intervenir con sabiduría, constancia y valentía en los medios de comunicación, sean grandes o pequeños, propios o ajenos, para anunciar la verdad, refutar el error y contribuir a la restauración del orden social cristiano.
Por ello proponemos que cada persona, familia o grupo de trabajo católico se proponga realizar un plan de intervención estructurado a lo largo del año, organizando los contenidos por temáticas fundamentales y repartiendo su difusión en intervenciones periódicas: ya sea una vez a la semana, cada quince días o al menos una vez al mes.
¿Cómo hacerlo?
- Elaborar un calendario de temas: Aborto, divorcio, autoridad política, educación, feminismo, ideología de género, pecado mortal, función del Estado, democracia liberal, libertad religiosa mal entendida, etc.
- Asignar fechas concretas: Por ejemplo, enero para autoridad y gobierno; febrero para aborto y derecho a la vida; marzo para libertad y ley natural; abril para matrimonio y familia; y así sucesivamente.
- Elegir medios de intervención:
- Canales propios: blog, canal de YouTube, podcast, redes sociales, boletines parroquiales.
- Canales ajenos: llamadas a programas, participación en tertulias, comentarios en medios, cartas al director, foros públicos, entrevistas.
- Preparar cada intervención con claridad doctrinal y caridad firme: Basarse en la Sagrada Escritura, el Magisterio perenne, Santo Tomás de Aquino y el magisterio tradicional de los Papas. Usar lenguaje accesible, sin ambigüedades, y con ejemplos reales.
- Repetir, ampliar, compartir y persistir: La victoria de la mentira ha sido posible por su constante repetición. La verdad también necesita repetirse y multiplicarse sin cesar hasta formar conciencia en el pueblo.
¿Qué se lograría?
- Difundir la doctrina católica integral con profundidad, sin reducirla a eslóganes vacíos.
- Romper el cerco del silencio y la censura que imponen los enemigos de Dios.
- Crear comunidad y red entre católicos que piensan lo mismo y se sienten aislados.
- Educar a quienes todavía tienen conciencia moral pero no formación sólida.
- Despertar a las almas tibias.
- Influir poco a poco en la atmósfera social y política para preparar una restauración del orden cristiano.
Conclusión
No podemos quedarnos de brazos cruzados mientras la sociedad es modelada por principios anticristianos. La historia nos juzgará, pero más aún lo hará Nuestro Señor. No todos estamos llamados a ser mártires o predicadores públicos, pero sí todos podemos contribuir a la batalla cultural desde nuestro lugar, con constancia, oración y estrategia.
Que cada católico serio se trace un plan, se discipline en su ejecución, y ofrezca su voz al servicio de la verdad.
Porque la verdad no se impone sola: necesita de quienes la amen.
Director proyecto Con San Pelayo.
— Luis Gonzaga Palomar Morán
