Las asociaciones constituyen una forma natural y legítima de colaboración entre personas que comparten fines, intereses o principios comunes. Su existencia permite canalizar inquietudes, estructurar actividades y dar continuidad a iniciativas que de otro modo quedarían dispersas o desorganizadas.
En particular, las asociaciones facilitan la organización de eventos recurrentes, proporcionando una base estable desde la que coordinar espacios, recursos humanos y materiales, medios de difusión y planificación a medio y largo plazo. Gracias a esta estructura, las acciones no dependen de individuos aislados, sino de un cuerpo organizado que garantiza la perseverancia, la coherencia y la eficacia.
Así, las asociaciones no solo promueven la participación ciudadana, sino que también ordenan la acción colectiva y fortalecen la vida de sus miembros y del entorno.
Director proyecto Con San Pelayo.
— Luis Gonzaga Palomar Morán