La fuerza de lo pequeño y constante: cómo la perseverancia local puede generar un impacto viral
En tiempos en que las redes sociales parecen dominar el escenario público, muchos creyentes comprometidos se preguntan:
- ¿Cómo logramos que nuestras acciones tengan un verdadero alcance?
- ¿Cómo se consigue que una sencilla manifestación, una oración en la calle, o una reunión en una plaza acabe siendo vista por cientos de miles de personas?
La respuesta no está en la espectacularidad, sino en la constancia.
Más importante que la viralidad es la repetición
Cuando un grupo de personas se organiza para reunirse de forma recurrente, aunque sean pocos al principio, está construyendo algo más fuerte que un golpe de efecto: está creando raíz, identidad, presencia y resistencia.
Las iniciativas verdaderamente eficaces suelen comenzar como encuentros pequeños, humildes, incluso invisibles. Pero lo esencial es que no se detienen.
El caso María Mayo y las 700.000 personas alcanzadas
Recientemente, hemos visto un ejemplo claro: María Mayo simplemente acudía a todos los actos que podía. Y en uno la han visto más de 700.000 personas.
¿Fue por casualidad?
No.
Fue posible porque ese grupo ya existía, ya se reunía, ya estaba presente en muchas otras ocasiones. No apareció de la nada. La viralidad no fue el punto de partida, sino la consecuencia de una historia de perseverancia.
Reuniones regulares: la clave.
La clave es generar una estructura de reuniones frecuentes, aunque inicialmente no haya un evento público, pancartas o cámaras.
Estas reuniones pueden ser:
- Encuentros para rezar por la patria, la familia o los cristianos perseguidos.
- Conversaciones sobre problemáticas actuales: ideología de género, ataques a la vida, leyes inicuas, educación, etc.
- Formación en doctrina social de la Iglesia, historia del catolicismo social, estrategias de acción.
Desde esos núcleos nacerán de forma natural:
- Proyectos concretos.
- Convocatorias públicas.
- Reparto de funciones.
- Presencia organizada en manifestaciones clave.
- Iniciativas culturales, educativas, espirituales.
Ventajas del encuentro recurrente
- Genera unidad verdadera, no solo digital.
- Permite el discernimiento conjunto de qué acciones conviene emprender.
- Desarrolla redes de confianza para el futuro.
- Forma a los participantes para que no dependan de una sola figura o portavoz.
- Permite reaccionar rápidamente ante una crisis social o legal.
La diferencia entre espectadores y protagonistas
Muchas personas asisten a grandes manifestaciones o campañas, pero pocas están en el grupo que sostiene el trabajo diario.
Quienes están siempre, aunque no haya cámaras, son los que generan el momento decisivo cuando llega la oportunidad de impacto real.
Conclusión: si quieres impacto, reúne. Si quieres cambio, persevera
- No esperes a tener 100 personas.
- Empieza con 5.
- No esperes a tener altavoces.
- Empieza con diálogo.
- No esperes a que te filmen.
- Actúa porque es justo y verdadero.
La historia no la cambian los que reaccionan ante la moda del día, sino los que construyen desde lo pequeño, constante y firme, con visión sobrenatural y sentido de misión.
Director proyecto Con San Pelayo.
— Luis Gonzaga Palomar Morán