Las procesiones no son simple tradición popular ni folklore: son actos de guerra espiritual, verdaderos muros de contención contra el avance de la apostasía y del laicismo militante. Allí donde Cristo es paseado con honra, donde María es aclamada públicamente, los demonios retroceden, la fe se fortalece y el pueblo se recuerda a sí mismo de Quién es hijo.
Por eso, llamamos con fuerza a todos los barrios, a todas las parroquias, a todos los fieles de buena voluntad a que no dejen pasar el calendario litúrgico sin organizar, promover y embellecer procesiones. Y donde no las haya: ¡que se funden! ¡Que se levanten hermandades, cofradías, grupos de fieles que, sin temor al qué dirán, tomen las calles con la Cruz por delante!
Especialmente en las grandes ciudades, donde el anonimato y el secularismo pretenden imponerse como norma, es vital hacer visible la fe. Las procesiones tienen el poder de romper la indiferencia, de tocar corazones, de reunir generaciones, de recordar a todos que Cristo reina también en lo público, no sólo en lo privado.
Que se escuchen los himnos, que se eleven oraciones, que se embellezcan las imágenes, que resplandezca la fe católica como antorcha en medio de la oscuridad. Nada hace tanto bien al alma de un barrio como ver pasar al Señor rodeado de fieles, de niños con cirios, de hombres que rezan, de mujeres que cantan, de jóvenes que lo aclaman.
La procesión es testimonio, es ofrenda, es oración en movimiento. Y es también resistencia: es poner pie firme frente a los enemigos de la fe.
Porque donde pasa Cristo, el mal tiembla.
Porque donde va María, el corazón se eleva.
Porque cuando el pueblo sale a la calle con Dios, el cielo se abre y la gracia se derrama.
Por eso te decimos hoy: no te quedes mirando. Únete. Participa. Organiza. Funda. Reza. Camina. Testimonia.
¡Que no haya un solo barrio sin procesión! ¡Que no haya un solo católico tibio!
¡Que resuene por toda España: Cristo vive, y camina con nosotros!
¡Adelante con la cruz! ¡Por Dios y por la Patria!
Director proyecto Con San Pelayo.
— Luis Gonzaga Palomar Morán
