¿Favorecen las subvenciones el crecimiento de la virtud o la pasividad?

La respuesta clara y contundente a la luz de Santo Tomás, los Padres de la Iglesia, las encíclicas, los catecismos tradicionales, el pensamiento político tradicionalista y carlista es esta:

El sistema actual de subvenciones en España no favorece el crecimiento de la virtud, sino que promueve estructuralmente la pasividad, la dependencia, la irresponsabilidad y la disolución del orden natural cristiano.

A continuación se ofrece un análisis detallado doctrinal y con ejemplos concretos, así como propuestas para reorientar el sistema hacia un orden virtuoso y cristiano.


1. DOCTRINA CATÓLICA TRADICIONAL SOBRE LA VIRTUD Y LA SOCIEDAD

En base a doctrina de Santo Tomás:

  • La virtud es un hábito operativo bueno, adquirido por repetición de actos conforme a la recta razón (S.Th., I-II, q.55).
  • El fin de la vida social y política es facilitar la vida buena, es decir, la vida virtuosa y ordenada a Dios.
  • La virtud requiere el esfuerzo libre del individuo: no puede ser impuesta ni sustituida por estructuras asistencialistas.

“El fin del legislador debe ser hacer a los ciudadanos buenos, es decir, virtuosos.” (S.Th., I-II, q.92, a.1)


2. ¿PROMUEVE LA VIRTUD EL SISTEMA DE SUBVENCIONES ACTUAL?

No. Al contrario, promueve la pasividad. Veamos por qué.


3. EJEMPLOS CONCRETOS DE PASIVIDAD GENERADA POR SUBVENCIONES


Ejemplo 1: Ingreso Mínimo Vital

  • Problema: Muchos perceptores rechazan ofertas de empleo porque la suma de ayudas sociales es superior o igual al salario.
  • Efecto moral: Se desincentiva la virtud del trabajo (laboriosidad, responsabilidad).
  • Doctrina: León XIII en Rerum Novarum condena la ociosidad como vicio y ensalza el trabajo como dignificador del hombre.
  • Conclusión: Se reemplaza el esfuerzo personal por expectativa de manutención estatal.

Ejemplo 2: Subvenciones a asociaciones ideológicas

  • Feministas, LGTB, ONGs ideologizadas, reciben millones de euros públicos.
  • Efecto: Incentiva la creación de redes clientelares improductivas y corruptas.
  • Virtudes anuladas: Justicia (al desviar recursos), veracidad (muchos fines falsean resultados), templanza (lujo a costa del contribuyente).
  • Doctrina: Pío XI (en Quadragesimo Anno) condena el uso del dinero público para fines ajenos al bien común.

Ejemplo 3: Subvenciones agrarias mal orientadas

  • Agricultores que plantan o no plantan según lo que dice Bruselas, no según necesidades reales.
  • Efecto: Pasividad, artificialidad económica, dependencia de la burocracia.
  • Virtudes anuladas: Prudencia, previsión, creatividad.
  • Doctrina: El carlismo defendía la economía orgánica y el fuero, es decir, que las comunidades locales decidieran según su necesidad, no según planes centralistas.

Ejemplo 4. Dinero que va de tu bolsillo a promover la ocupación de la vía pública de depravados hablando a públicos de todas las edades. Te convierten en inversor de la depravación.

  • Dinero público para cine blasfemo, teatro obsceno, arte degenerado.
  • Efecto: Inversión del orden moral, corrupción del gusto, escándalo.
  • Virtudes anuladas: Fe, castidad, reverencia, humildad.
  • Doctrina: San Agustín y Santo Tomás condenan el uso del arte para la corrupción del alma.

4. ¿CÓMO SERÍA UN SISTEMA QUE PROMOVIERA LA VIRTUD?


PRINCIPIOS QUE DEBE RESPETAR UN SISTEMA VIRTUOSO

PrincipioExplicación
SubsidiariedadSolo intervenir cuando la persona/familia no pueda. No suplantar su iniciativa.
Finalidad moralPromover la virtud, no el placer, la comodidad ni la dependencia.
ResponsabilidadToda ayuda debe implicar esfuerzo, corresponsabilidad o retorno en servicio.
Localismo y personalismoGestión desde instituciones cercanas y con rostro humano (familia, Iglesia, municipio).
Selectividad moralAyuda solo a causas justas, excluyendo objetivos inmorales o ideológicos.

CAMBIOS CONCRETOS NECESARIOS


1. Revisión completa del sistema de ayudas

  • Eliminar subvenciones con fines contrarios al orden natural y cristiano.
  • Condicionar la ayuda a la búsqueda activa de trabajo, formación o servicio comunitario.

2. Restaurar la centralidad de la familia

  • Que la familia vuelva a ser el núcleo de solidaridad: priorizar ayudas que refuercen la natalidad, el matrimonio, la vivienda familiar.
  • Quitar protagonismo al Estado como «padre sustituto».

3. Devolver protagonismo a la Iglesia y cuerpos intermedios

  • Cofradías, parroquias, sindicatos libres, mutualidades: dotarlos de libertad y medios para asistir a los necesitados.
  • Recuperar el sistema foral y orgánico, como defendía el Carlismo.

4. Educar para la virtud, no para el subsidio

  • Reformar la educación pública para formar en el esfuerzo, la caridad, la justicia, la subsidiariedad.
  • Enseñar que no todo “derecho” se traduce en “reclamar al Estado”.

5. Transparencia y rendición de cuentas

  • Toda ayuda debe ser transparente, temporal y evaluada.
  • Fin del uso electoralista o ideológico de los fondos públicos.

CONCLUSIÓN FINAL

El sistema de subvenciones español no está diseñado para formar ciudadanos virtuosos, sino clientes del Estado, dependientes, desresponsabilizados y fácilmente manipulables.

A la luz del pensamiento de Santo Tomás, los Padres, la doctrina social y el carlismo, todo orden político y económico debe tender a la promoción de la virtud cristiana. Cualquier sistema que la impida o la sustituya por pasividad, ociosidad o corrupción, es injusto, ilegítimo y necesita una reforma radical.

Director proyecto Con San Pelayo.
— Luis Gonzaga Palomar Morán

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