🔹 No, en términos generales, las parroquias no reciben subvenciones directas del Estado.
Es decir, no existe una línea específica en los Presupuestos Generales del Estado dedicada directamente a financiar parroquias individuales (ni sueldos ni mantenimiento), como sí ocurre en algunos países con sistemas de financiación religiosa estatal directa (como Alemania o Italia).
¿Entonces cómo se financian?
Las parroquias se sostienen fundamentalmente por:
1. Donaciones privadas de los fieles
- Colectas dominicales
- Donativos voluntarios
- Aportaciones periódicas domiciliadas
2. Asignación voluntaria tributaria del IRPF (casilla de la Iglesia)
- El 0,7 % del IRPF que marcan los contribuyentes que eligen la casilla de la Iglesia no va directamente a las parroquias, sino que:
- Va a la Conferencia Episcopal Española
- Desde ahí se reparte a las diócesis
- Y las diócesis, a su vez, pueden asignar fondos a parroquias con necesidad
3. Subvenciones excepcionales a través de otras vías
- Algunas comunidades autónomas o ayuntamientos pueden conceder ayudas para restauración de templos como patrimonio histórico.
- Estas ayudas no se consideran «subvenciones al culto», sino al patrimonio cultural.
- Ejemplo: subvenciones para restaurar una iglesia románica o una catedral antigua.
¿Qué no reciben?
Las parroquias no reciben dinero público directo y periódico para:
- Sueldos de sacerdotes (estos los paga la diócesis)
- Actividades religiosas
- Mantenimiento ordinario del templo
- Catequesis, formación, caridad, etc.
Conclusión:
Las parroquias no reciben subvenciones públicas como tales, salvo excepciones puntuales vinculadas al patrimonio histórico. Su sostenimiento es eminentemente privado, en línea con la tradición tomista y el principio de subsidiariedad: la comunidad local mantiene su propio culto y bienes, sin dependencia directa del Estado.
Director proyecto Con San Pelayo.
— Luis Gonzaga Palomar Morán