Caso práctico: El agricultor que abandona la producción


1. Caso práctico: El agricultor que abandona la producción

Estudios muestran que muchos pequeños agricultores abandonan la actividad no por falta de ayudas, sino por su diseño mal dirigido. En el Valle del Ricote (Murcia), entre 2016 y 2019, se observó que el 51 % de parcelas agrícolas se dejaron sin cultivar (PMC, SpringerLink). Las causas principales:

  • Bajos ingresos frente a la agricultura industrial.
  • Fragmentación parcelaria que eleva costes y hace inviable la mecanización.
  • Ausencia de interés entre los jóvenes, debido al escaso retorno económico.
  • Falta de modernización e inversión productiva.

Esto ocurre incluso cuando reciben subvenciones vinculadas más al mantenimiento de la tierra (como primas por superficie) que al estímulo efectivo de la producción.


2. Efecto macroeconómico: subvenciones versus producción real

Un estudio de 2024 indica que ciertas ayudas de la PAC tienen un efecto desalentador sobre el incremento de producción y la investigación en protección ambiental (SpringerLink, ScienceDirect). Es decir, estos subsidios pueden fomentar la permanencia sin innovación ni crecimiento productivo.

La política agrícola común (PAC), con su sistema de pagos por hectárea, a menudo beneficia más a quienes poseen tierras extensas, independientemente de su uso activo, distorsionando el mercado y desincentivando la inversión agrícola real.


3. Diagnóstico macroeconómico y repercusiones

  • España es uno de los países más afectados por el abandono agrícola en la UE (ScienceDirect, MDPI).
  • Se crean obstáculos estructurales:
    • Subsidios mal orientados
    • Crédito difícil de acceder especialmente para medianos y pequeños productores (fi-compass).
  • Al no estar condicionados al cumplimiento productivo, muchos agricultores prefieren cobrar la ayuda sin arriesgarse a invertir o innovar.

Resumen comparativo

ÁmbitoEfectos de las subvenciones mal diseñadas
Caso local (Murcia)51 % de abandono de parcelas entre 2016–2019
Estudio generalSubsidios reducen incentivo productivo y ambiental
Tendencia nacionalElevado abandono agrícola en España
FinanciaciónBrechas en acceso al crédito impiden inversión moderna

Conclusión doctrinal

Desde una perspectiva moral tradicional, el sistema ideal orientaría las ayudas no hacia la inactividad, sino hacia el incentivo de la competencia leal, la innovación y el esfuerzo, según principios de justicia distributiva. Es esencial reorientar las políticas para:

  • Priorizar pagos condicionados a producción efectiva o eco-agricultura.
  • Fomentar la continuidad agrícola de pequeños productores como expresión de la virtud del trabajo y el cuidado de la creación.

Aquí tienes un análisis concreto y ejemplificado de cómo las subvenciones agrícolas en España pueden desincentivar la producción activa, utilizando cifras reales para ilustrar estos efectos.


Caso práctico hipotético: “El agricultor que prefiere no cultivar”

Datos de referencia:

  • En 2019, el valor promedio de los derechos de pago básico (ayudas de la PAC) era aproximadamente 145 €/ha, con disparidades regionales entre 60 €/ha y hasta 1 430 €/ha en casos como el cultivo de tabaco en Extremadura (capreform.eu).
  • El pago promedio por explotación en España fue de 11 700 € al año, lo que representa el 28 % del ingreso agrícola bruto promedio (datos FADN 2021) (Parlamento Europeo).

Escenario ejemplo:

  • Un agricultor posee 10 ha de pastizal, que logran unos ingresos netos de 200 €/ha tras cubrir costos. Si cultiva, ganaría 2 000 €.
  • Pero si el valor de su tierra equivale a 145 €/ha en pagos directos, recibiría 1 450 € sin cultivar.
  • Dado que le costaría invertir tiempo, mano de obra o capital, optar por no cultivar y cobrar 1 450 € pasivos se convierte en opción más rentable que cultivar y ganar solo 2 000 € brutos, sin considerar costes operativos.

Este ejemplo ilustra cómo las ayudas condicionadas a superficie, no a producción, pueden fomentar la inactividad productiva.


Perspectiva macroeconómica española

  • En torno a 582 000 beneficiarios solicitaron ayudas directas de la PAC en 2025, sobre 22,1 millones de hectáreas, con un total asignado de 4 889 millones € (ScienceDirect, Real Instituto Elcano, Mapa del Ministerio).
  • Esto equivale a un promedio muy elevado de subsidio por hectárea y por beneficiario, independientemente de si la tierra estaba cultivada o no.
  • Tal modelo penaliza la innovación productiva y favorece a los propietarios de tierras amplias, incluso ociosas, generando déficit de actividad agrícola real.

Causas principales identificadas

  1. Pagos desvinculados de producción: las subvenciones por hectárea premian la tenencia de tierra, no su explotación activa.
  2. Capitalización de ayudas: incrementan los precios de las tierras, elevando las barreras de entrada para nuevos agricultores (Parlamento Europeo).
  3. Desigualdad regional: regiones como Extremadura llegan a recibir subsidios de hasta 1 430 €/ha, frente a zonas menos favorecidas que reciben apenas 60 €/ha (capreform.eu).
  4. Reducción del empleo rural: se desincentiva el trabajo y la inversión en modernización, generando despoblación agraria.

Conclusión general

Este sistema subvencional puede provocar que numerosos agricultores opten por no cultivar y recibir ayudas pasivas, lo que contradice el propósito de promover una agricultura activa, sostenible y generadora de empleo. La solución, acorde con la racionalidad moral tomista, sería:

  • Vincular los pagos a actividad productiva real o innovación.
  • Promover el acceso a crédito y formación para agricultores activos.
  • Evitar la sobrecapitalización del suelo (burbujas de tierra).
  • Priorizar ayudas a quienes realmente cultivan y forman familias rurales, no a dueños ociosos.

Las ayudas por hectárea, especialmente en el marco de la Política Agraria Común (PAC) de la Unión Europea (y que España aplica), tienen varios objetivos oficiales, pero también han generado efectos no deseados y críticas bien fundamentadas.


¿Qué pretenden hacer las ayudas por hectárea?

1. Sostener la renta de los agricultores

  • El principal objetivo declarado es proporcionar un ingreso mínimo a los agricultores, especialmente ante los vaivenes del mercado, los bajos precios agrícolas y los altos costes de producción.
  • No se paga por producir más, sino por mantener la tierra en buen estado agrario y medioambiental.

2. Evitar el abandono rural

  • Estas ayudas quieren fijar población en el campo, impedir que los agricultores dejen las tierras y evitar la despoblación de zonas rurales.
  • Se supone que con un ingreso mínimo garantizado por hectárea, se mantendrá la actividad agrícola o ganadera.

3. Preservar el paisaje y el medio ambiente

  • Muchos pagos están condicionados a buenas prácticas ecológicas (como mantener pastos, rotación de cultivos, no usar pesticidas).
  • El objetivo es que el campo no se deteriore ni se convierta en desierto ecológico por falta de actividad.

4. Proteger frente a la competencia exterior

  • Los productores europeos tienen más regulaciones (sanitarias, laborales, ecológicas) que otros países. Las ayudas compensan ese sobrecoste regulatorio para que sigan siendo competitivos.

Críticas y efectos secundarios

ProblemaDescripción
💰 Subsidio al no trabajoSe paga simplemente por tener tierra, no por producir. Hay propietarios que no cultivan pero cobran igual.
📉 Distorsión del mercadoPerjudica al agricultor activo y favorece al propietario que vive de rentas. Desincentiva mejorar la productividad.
🏦 Capitalización del sueloEleva artificialmente el valor de las tierras, porque ahora valen más por las ayudas que por su capacidad productiva.
👨‍🌾 DesigualdadUn gran terrateniente puede recibir cientos de miles de euros al año, mientras un pequeño agricultor apenas recibe 1.000–2.000 €.
💤 Fomenta la pasividadHay quien prefiere no trabajar la tierra y vivir de la subvención. Esto destruye cultura de esfuerzo y transmisión familiar del trabajo agrícola.

¿Qué diría la doctrina tomista y la tradición católica?

Desde Santo Tomás de Aquino hasta las encíclicas sociales (especialmente Rerum Novarum y Quadragesimo Anno), se afirma que:

  • La propiedad tiene una función social: el propietario debe trabajar la tierra o hacerla fructificar.
  • El trabajo dignifica al hombre: vivir de rentas pasivas sin aportar valor se considera moralmente inferior.
  • La justicia distributiva exige que el bien común sea promovido, y no se premie la ociosidad.

Por tanto, una ayuda económica que desvincula ingreso y trabajo y perjudica al pequeño productor activo, es injusta en su forma y aplicación, aunque sea legal.


En resumen

Las ayudas por hectárea existen para:

  • Dar seguridad económica mínima a agricultores.
  • Mantener población rural.
  • Cuidar el medio ambiente.

Pero en la práctica:

  • A menudo benefician más al propietario ocioso que al agricultor trabajador.
  • Desincentivan el esfuerzo.
  • Dificultan la renovación generacional y la justicia social.

Director proyecto Con San Pelayo.
— Luis Gonzaga Palomar Morán

Comentarios

Aún no hay comentarios. ¿Por qué no comienzas el debate?

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *