Santo Tomás de Aquino no habla directamente de “subvenciones” en el sentido moderno del término, porque este concepto —como política pública de transferencias monetarias desde el Estado a individuos o colectivos— no existía como tal en su época (siglo XIII). Sin embargo, sí trata de los principios morales, políticos y sociales que permiten hacer una evaluación cristiana del fenómeno de las subvenciones actuales.
A continuación, te indico dónde y cómo trata Santo Tomás los temas que se relacionan directamente con lo que hoy llamamos “subvenciones”:
1. Santo Tomás y el orden del bien común (función del Estado)
Suma Teológica, I-II, q.90–97 (Sobre la ley)
- Santo Tomás enseña que la ley humana debe estar ordenada al bien común, no a intereses particulares.
- Una autoridad política que distribuye bienes no conforme al bien común, sino para asegurar apoyos o crear dependencia, viola el orden justo.
“La ley, en cuanto que es razón de gobierno de la comunidad, se ordena al bien común.” (S.Th., I-II, q.90, a.3)
🠖 Esto es clave para entender cuándo una subvención es justa y cuándo es corrupta o desordenada.
2. Sobre la propiedad privada y el uso de los bienes
Suma Teológica, II-II, q.66, a.2–7 (Sobre el robo, la limosna y la propiedad)
Santo Tomás defiende:
- La propiedad privada como legítima y necesaria para la paz y el orden social.
- La limosna como obligación moral de los ricos hacia los necesitados, pero no como una redistribución coercitiva constante impuesta por el Estado.
3. Sobre la justicia distributiva y conmutativa
Suma Teológica, II-II, q.61–63
Santo Tomás distingue:
- Justicia conmutativa: lo que se debe entre iguales (contratos, propiedad).
- Justicia distributiva: lo que la autoridad distribuye entre los miembros de la comunidad, según mérito y necesidad, con proporción.
“La justicia distributiva ordena la proporción de los bienes comunes, según la condición de las personas.” (S.Th., II-II, q.61, a.2)
🠖 Si las subvenciones no se otorgan según justicia proporcional, sino por criterios ideológicos, partidistas o arbitrarios, se violenta este tipo de justicia.
4. Sobre el papel del poder político
De Regno, I, cap. 1–4
- El gobernante debe guiar a la comunidad hacia la vida virtuosa, no ser un mero administrador de bienes materiales.
- El Estado no debe convertirse en proveedor absoluto, sino en garante del orden moral.
“El oficio del rey es procurar el bien común, que consiste en la vida virtuosa de la multitud.” (De Regno, I, cap.15)
🠖 Un sistema de subvenciones que fomenta pasividad, dependencia, inmoralidad o corrupción, contradice directamente este fin del poder político.
5. Sobre la limosna y la caridad
Suma Teológica, II-II, q.32–33
- La limosna es una virtud cristiana, un acto personal y voluntario.
- No es función del Estado sustituir la caridad cristiana con transferencias obligatorias.
🠖 Subvenciones dadas por cálculo electoral, por presión ideológica o por costumbre clientelar no tienen carácter de virtud.
CONCLUSIÓN: ¿HABLA SANTO TOMÁS DE LAS SUBVENCIONES?
No directamente, porque:
- El concepto moderno de subvención es propio de Estados modernos, centralizados y fiscalistas, posteriores al siglo XVIII.
Pero sí indirectamente, porque:
- Trata con claridad los principios de justicia, caridad, función del poder, propiedad y bien común que permiten evaluar moralmente las subvenciones.
RESUMEN PRÁCTICO
Tema | Santo Tomás dice | Aplicación a las subvenciones |
---|---|---|
Bien común | Todo gobierno debe buscarlo | Las subvenciones deben ordenarse al bien común, no a intereses ideológicos |
Justicia distributiva | Debe haber proporción y equidad | El sistema no puede ser arbitrario, clientelar o partidista |
Caridad | Es virtud personal, libre | No puede sustituirse por programas estatales coercitivos |
Propiedad privada | Es legítima, con deber de uso justo | No se justifica su expolio sistemático bajo pretexto de “solidaridad” |
Función del Estado | Orden moral, no proveedor absoluto | El Estado no debe sustituir la responsabilidad personal y comunitaria |
Director proyecto Con San Pelayo.
— Luis Gonzaga Palomar Morán