Esta sala de reunión tiene como patrón a Santo Tomás de Aquino.
¡Ven, Espíritu Santo, Creador divino, verdadera fuente de luz y fuente de sabiduría! Derrama tu brillo sobre mi denso intelecto, disipa la oscuridad que me cubre, la del pecado y la de la ignorancia.
Se comienzan las reuniones con la anterior breve invocación.