Reyes Santos (canonizados oficialmente por la Iglesia)
- San Luis IX de Francia (1214–1270)
Rey de Francia, cruzado y modelo de justicia cristiana. - San Fernando III de Castilla (1199–1252)
Rey de Castilla y León, conquistador y reformador cristiano. - San Enrique II de Alemania (Enrique el Santo) (973–1024)
Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, promotor de la fe. - San Eduardo el Confesor (1003–1066)
Rey de Inglaterra, famoso por su piedad y justicia. - San Ladislao I de Hungría (1040–1095)
Rey católico, defensor del cristianismo en Europa Central. - San Esteban I de Hungría (c. 975–1038)
Primer rey cristiano de Hungría, canonizado por su conversión del país. - San Olaf II de Noruega (995–1030)
Rey cristiano y mártir, patrón de Noruega.
Beatos (reconocidos oficialmente por la Iglesia pero no canonizados aún)
- Beato Carlos I de Austria (1887–1922)
Último emperador austrohúngaro, conocido por su santidad personal y obra caritativa. - Beato Alfonso María de Ligorio (1696–1787)
Rey de Nápoles (como Alfonso IV), luego sacerdote y fundador de los Redentoristas. - Beato Luis IX de Francia (antes canonizado, también se le considera beato en otros procesos históricos previos).
Siervos de Dios (candidatos a la beatificación o canonización)
- Siervo de Dios Jaime I de Aragón (1208–1276)
Rey de Aragón y Cataluña, conocido por su justicia y reformas. - Siervo de Dios Enrique de Navarra (San Enrique de Francia)
Inciso.
Ninguno de los reyes santos o beatos mencionados como ejemplos históricos de santidad en la monarquía cristiana es conocido por haber cometido adulterio, y menos aún que ello haya sido un factor público o reconocido en su vida.
Los santos y beatos reales —como San Fernando III, Santa Isabel de Hungría, San Luis IX de Francia, entre otros— son venerados justamente por su vida ejemplar, incluyendo la fidelidad conyugal y la integridad moral, que es parte importante de la santidad cristiana.
En resumen:
- Adulterio es considerado pecado grave y generalmente incompatible con el reconocimiento oficial de santidad.
- Las causas de canonización examinan rigurosamente la vida moral y espiritual.
- Por eso, los monarcas reconocidos como santos o siervos de Dios han mantenido, al menos públicamente, una vida conforme a los preceptos cristianos, incluyendo la fidelidad matrimonial.
Director proyecto Con San Pelayo.
— Luis Gonzaga Palomar Morán
Pingback: Textos complementarios - Web oficial proyecto Con San Pelayo
Pingback: Evento 12 - Inmoralidades que impiden ser rey legítimo. - Web oficial proyecto Con San Pelayo