1. La soberanía de Dios y la elección de líderes
Desde el principio, se muestra que Dios es el soberano que guía la historia y elige a los líderes según su voluntad (cf. Suma Teológica I, q. 22, sobre providencia).
- El nacimiento y dedicación de Samuel es signo del plan divino para guiar a Israel.
- La elección de Saúl como primer rey y luego de David refleja la soberanía divina en la institución del gobierno.
2. Samuel: profeta y juez, mediador entre Dios y el pueblo
Samuel representa la figura del líder justo que cumple la misión de interceder por el pueblo y anunciar la voluntad divina.
- Santo Tomás valora la función profética como revelación y guía moral (cf. Suma I-II, q. 109).
- Samuel es modelo de humildad y obediencia.
3. La institución de la monarquía y la ley política
El pueblo pide un rey “como los otros pueblos” (1 Sam 8), rechazando la teocracia directa.
- Santo Tomás enseña que el gobierno monárquico es legítimo si se fundamenta en la ley natural y divina y busca el bien común (cf. Suma II-II, q. 42-47).
- La advertencia de Samuel sobre los abusos del rey muestra la necesidad de que el poder esté limitado por la ley y orientado a la justicia.
4. Saúl: rey legítimo pero desobediente
Saúl es ungido rey pero falla en obedecer plenamente a Dios (1 Sam 15), mostrando la importancia de la sumisión al mandato divino.
- Santo Tomás destaca que la autoridad legítima debe actuar conforme a la justicia y la voluntad de Dios; la desobediencia a Dios causa pérdida de legitimidad (cf. Suma II-II, q. 42).
- La elección divina no exime de la responsabilidad moral y legal.
5. David: ungido y elegido por Dios
David es presentado como el rey ideal, según la voluntad de Dios, modelo de virtud, humildad y justicia (1 Sam 16-31).
- Santo Tomás identifica en David la figura del rey justo, que debe gobernar con prudencia, fortaleza, justicia y templanza (virtudes cardinales).
- Su relación con Dios, la penitencia y la confianza en la providencia son ejemplo para todo gobernante (cf. Suma II-II, q. 58).
6. La lucha entre Saúl y David: conflicto entre justicia y tiranía
El enfrentamiento entre ambos refleja la tensión entre el poder legítimo sometido a Dios y el poder corrupto y obstinado.
- Santo Tomás sostiene que la tiranía deslegitima al gobernante (cf. Suma II-II, q. 42-43).
- David, a pesar de ser perseguido, respeta el orden moral y la autoridad divina no dando muerte a Saúl, ungido de Dios.
7. La providencia divina en la historia
A lo largo del libro se evidencia la providencia de Dios que guía los eventos para cumplir su plan de salvación.
- Santo Tomás resalta que la historia humana está bajo la dirección providente de Dios para llevar al hombre al fin último (cf. Suma I, q. 22).
Fundamentación tomista
- Suma Teológica I, q. 22: providencia divina.
- Suma I-II, q. 109: misión profética.
- Suma II-II, q. 42-47: ley política y autoridad legítima.
- Suma II-II, q. 58: virtudes del príncipe.
- Suma II-II, q. 43: tiranía y pérdida de legitimidad.
Director proyecto Con San Pelayo.
— Luis Gonzaga Palomar Morán