💠 PERSPECTIVA TOMISTA GENERAL SOBRE LAS CARTAS
1. Naturaleza de la autoridad
Santo Tomás enseña (Suma Teológica I-II, q. 90–96; II-II, q. 42) que toda autoridad legítima procede de Dios, pero puede ser ejercida por hombres. Las epístolas confirman esta doctrina:
- Romanos 13: “No hay autoridad sino de parte de Dios” es la afirmación más directa. San Pablo explica que el poder civil tiene una función ordenada al bien común, y que desobedecerlo injustamente es resistir a Dios.
- Santo Tomás comenta que esta obediencia no es ciega ni absoluta: un gobernante que manda el mal deja de representar la autoridad divina.
2. Finalidad del gobierno
Tomás considera que el gobierno existe para conducir a los hombres al bien común y, en última instancia, a la vida virtuosa y a Dios (De Regno).
- 1 Timoteo 2:1-2: Pablo pide orar por los gobernantes para que podamos vivir “una vida tranquila y apacible, con toda piedad y dignidad”.
- La autoridad civil tiene una función pedagógica y ordenadora, pero no última: el Reino de Dios está por encima del reino humano.
3. Autoridad en la Iglesia
Para Santo Tomás, la autoridad eclesial deriva directamente de Cristo.
- 1 Timoteo y Tito son tratados “pastorales” que delinean criterios para la elección de obispos y presbíteros: virtud, buena fama, dominio de sí, conocimiento doctrinal. Aquí se manifiesta el orden racional y moral del gobierno eclesial.
- Hebreos presenta a Cristo como Sumo Sacerdote. La autoridad eclesiástica deriva de Él como Cabeza del Cuerpo Místico.
- 2 Corintios muestra que la verdadera autoridad apostólica es humilde, cruciforme y busca la edificación del otro, no el dominio.
4. Rebeldía, corrupción y falsa autoridad
Santo Tomás advierte contra el tirano, es decir, aquel que gobierna para sí y no para el bien común (De Regno I, cap. 4). San Pablo y las demás cartas también:
- Gálatas: Pablo denuncia a los falsos maestros que corrompen el Evangelio, mostrando que no toda “autoridad” aparente es legítima.
- Judas y 2 Pedro condenan a los que “desprecian la autoridad” y promueven la anarquía moral. La desobediencia doctrinal y moral es un ataque contra el orden querido por Dios.
5. Virtudes necesarias para gobernar
Para Santo Tomás, el buen gobierno requiere prudencia, justicia, fortaleza y templanza. Las cartas insisten:
- 1 Pedro 5: los pastores deben gobernar “no por fuerza, sino de buena gana; no por ganancia, sino con entrega generosa”.
- Filipenses 2: el modelo de todo gobierno cristiano es Cristo, que “no se aferró a su condición divina” sino que se vació y obedeció hasta la cruz.
Director proyecto Con San Pelayo.
— Luis Gonzaga Palomar Morán
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