Sabiduría, eclesiástico y Baruc a la luz de Santo Tomás.

📘 Sabiduría (Libros 1–19) – Interpretación tomista

Santo Tomás considera la sabiduría como la más alta de las virtudes intelectuales, que ordena todas las cosas al fin último: Dios (cf. Suma Teológica, II-II, q. 45).
En este libro se exalta la sabiduría como don divino, que guía a los gobernantes rectos (Sab 6:1-11), exhortando a los reyes a buscarla si quieren reinar con justicia. Esto se alinea con la idea tomista de que el gobernante debe ser sabio para ordenar la comunidad al bien común y a Dios (cf. De Regno).
El juicio contra los impíos y la recompensa a los justos manifiesta la ley eterna y la retribución conforme a la justicia divina, pilares del pensamiento moral tomista.

Aplicación política tomista: Un rey que desprecia la sabiduría divina y se entrega a la soberbia, idolatría o injusticia social, pierde su orden hacia el fin último del gobierno y, por tanto, pierde legitimidad moral.

📗 Eclesiástico (Sirácida) (Libros 1–51) – Interpretación tomista

Es un tratado completo de ética práctica, que Santo Tomás cita con frecuencia como autoridad en materia moral.
En particular, el capítulo 10 sobre la autoridad y el orgullo del gobernante es esencial: “Del Señor proviene el poder sobre el hombre” (Eclo 10:5). La jerarquía social debe reflejar el orden justo de Dios.
El capítulo 3 sobre la humildad y la obediencia es clave en la formación del carácter del gobernante cristiano.

Aplicación política tomista: El gobernante que obra injustamente, no teme a Dios ni gobierna con sabiduría ni humildad, obra contra la ley natural y la divina, y provoca escándalo público, condición suficiente para la resistencia pasiva o la denuncia, según la doctrina tomista.

📙 Baruc (1–5) – Interpretación tomista

Este libro ofrece una reflexión penitencial, reconociendo que la caída de Judá fue por apartarse de la ley.
En Santo Tomás, la ley (natural, humana y divina) es el principio regulador del bien común. Cuando los líderes violan la ley divina, conducen al pueblo a la ruina.
Baruc 3 exalta la sabiduría que viene de Dios, como fuente única de esperanza para la restauración.

Aplicación tomista: La desobediencia de los gobernantes a la ley de Dios acarrea la ruina civil. La penitencia colectiva y la restauración de la ley son necesarias para recuperar la legitimidad política y la gracia divina.

📘 Carta de Jeremías – Interpretación tomista

Es un texto contra la idolatría, especialmente del poder político divinizado (Babilonia).
Tomás afirma que la idolatría no solo es un pecado teológico, sino una perversión del orden natural (ST II-II, q. 94). Cuando los reyes promueven idolatría o cultos falsos, llevan a su pueblo a la condenación.

Aplicación política tomista: Un rey que impone el culto a ídolos, símbolos nacionales o pseudovalores en lugar del Dios verdadero, incurre en tiranía espiritual y pierde legitimidad.

📗 Daniel (Suplementos griegos)

Capítulo 3 – Los tres jóvenes en el horno

Ejemplo claro del derecho de resistencia a la autoridad tiránica que manda pecar (cf. ST II-II, q. 104, a. 6).
Los jóvenes desobedecen al rey porque adorar la estatua sería idolatría.

Capítulo 13 – Susana

Denuncia de la corrupción de los jueces, principio también abordado por Santo Tomás: el juez corrupto pervierte el orden natural y merece ser depuesto.

Capítulo 14 – Bel y el dragón

Denuncia de la falsedad religiosa promovida por el Estado; Daniel, al destruir ídolos, demuestra que solo Dios es digno de adoración.

Aplicación tomista: La tiranía, el engaño del pueblo, la corrupción judicial son signos evidentes de que el régimen se ha desviado del fin legítimo del poder.

Director proyecto Con San Pelayo.
— Luis Gonzaga Palomar Morán