ARTÍCULO 7 – Fundamento doctrinal católico tradicional sobre orden, autoridad y asociaciones

7.1. Doctrina tomista: orden natural y autoridad legítima

Principios clave de Santo Tomás de Aquino:

  • El orden natural creado por Dios implica que toda comunidad necesita un principio de unidad y dirección, es decir, autoridad legítima.
  • La autoridad no se origina en el consenso humano, sino en la ley natural, y se ordena al bien común (S. Th., I-II, q. 90-96).
  • No solo el Estado, también cualquier grupo humano debe actuar conforme a principios de justicia, finalidad común, subordinación al bien superior.

“Así como el alma gobierna el cuerpo, así la ley gobierna la ciudad. La autoridad es necesaria por razón del bien común.” (S. Th., I-II, q. 90, a. 3)

Por tanto, organizarse en grupo para un fin espiritual, social o moral es natural y conforme a la ley de Dios, siempre que:

  • Haya orden
  • Se respete la finalidad
  • Se busque el bien común

7.2. Patrística y encíclicas tradicionales sobre el derecho y la recomendación de asociación.

Los Padres de la Iglesia vieron en la vida comunitaria no solo una necesidad social, sino una dimensión de la vida cristiana.

Patrística:

  • San Agustín, en La Ciudad de Dios, enseña que el verdadero pueblo es aquel que se une por un bien común verdadero, que es Dios.
  • San Juan Crisóstomo alienta a los fieles a organizarse para la oración y la limosna, incluso fuera del ámbito jerárquico, siempre en comunión con la Iglesia.

Encíclicas tradicionales:

  • Leo XIII, en Rerum Novarum y Immortale Dei, sugiere que los fieles tienen derecho natural a asociarse para fines lícitos, y que estas asociaciones pueden servir a la fe, a la justicia, a la formación de la juventud.
  • Pío X, en Il Fermo Proposito (1905), sugiere fundar asociaciones piadosas para resistir la corrupción de la sociedad.
  • Pío XI, en Quadragesimo Anno, sugiere que el principio de subsidiariedad, por el cual la iniciativa privada debe actuar libremente sin ser absorbida por el Estado o incluso por la jerarquía, cuando se trate de bienes temporales o medios lícitos.

“Es necesario que existan asociaciones intermedias entre el individuo y el Estado, que cumplan fines sociales/culturales/religiosos.”


7.3. Catecismos y moral tradicional respecto al bien común y la responsabilidad

Catecismo Romano (de Trento):

  • Enseña que la vida cristiana no es solo personal, sino pública y comunitaria.
  • Recomienda al laico formar parte de asociaciones religiosas para:
    • Fortalecer su fe
    • Colaborar con la parroquia
    • Defender la religión

Moral tradicional:

  • La responsabilidad moral aumenta cuando se actúa como líder o convocante.
  • Se debe actuar con intención recta, evitar el escándalo, y procurar el bien común.
  • Fundar o promover asociaciones católicas no solo es lícito, sino recomendable, si están al servicio de la verdad y la caridad.

7.4. Aplicaciones a los eventos sociales o religiosos de fieles laicos

¿Puede un laico organizar eventos?

Sí. La doctrina tradicional reconoce:

  • El derecho natural a asociarse
  • La obligación de evangelizar según el estado de vida
  • La posibilidad de actuar sin mandato clerical, si no se usurpa autoridad sagrada.

Ejemplos legítimos según doctrina tradicional:

  • Organizar un rosario público
  • Convocar una peregrinación
  • Promover una charla doctrinal o formación católica
  • Fundar un grupo de oración o estudio
  • Defender públicamente la moral y la fe

Límites:

  • No usurpar funciones propias del clero (sacramentos, predicación en nombre de la Iglesia sin autorización, dirección espiritual pública)
  • No actuar con espíritu de rebeldía o cisma
  • No organizar bajo apariencia de catolicismo lo que en realidad contradice la fe

El laico puede actuar con libertad en el orden natural, y también en el espiritual siempre que no invada la jurisdicción sagrada ni contradiga la autoridad legítima.


Conclusión

Desde la perspectiva de la Iglesia tradicional, formar grupos de laicos para promover la verdad, la oración o la doctrina es un acto conforme a la ley natural, al Evangelio y al Magisterio.

Es incluso una respuesta moralmente necesaria ante la corrupción del mundo moderno. Pero ha de hacerse con orden, bajo principios de caridad, y sin suplantar a la Iglesia jerárquica.

Director proyecto Con San Pelayo.
— Luis Gonzaga Palomar Morán

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