Sí, existe la posibilidad teórica de un fallo del sistema eléctrico durante un mes en un escenario extremo, especialmente si se trata de una acción hostil o acto de guerra híbrida por parte de otro país. Aunque este tipo de eventos son muy poco comunes y altamente improbables en entornos como el europeo por las defensas existentes, no pueden descartarse completamente en el actual contexto geopolítico, donde ciberataques, sabotajes físicos o interferencias electromagnéticas forman parte de las llamadas estrategias de guerra híbrida.
🔥 Escenarios que podrían causar un apagón prolongado (hasta 1 mes)
1. Ciberataque masivo y coordinado
- Objetivo: sistemas SCADA (control de infraestructuras), Red Eléctrica Española (REE), operadores de distribución y centros de transformación.
- Consecuencias: pérdida de control sobre nodos clave del sistema eléctrico, imposibilidad de redistribuir carga, y potencial daño físico a equipos críticos si los sistemas de protección fallan.
- Precedentes: Ucrania (2015, 2016), donde Rusia fue señalada por ataques que dejaron a cientos de miles de personas sin luz.
2. Sabotaje físico simultáneo
- Ejemplo: explosiones, incendios o destrucción de subestaciones, líneas de alta tensión, o centrales eléctricas claves.
- Posibilidad: si se realiza en múltiples puntos críticos de la red a la vez, puede llevar semanas en ser reparado, especialmente si se destruyen piezas de infraestructura únicas y difíciles de reemplazar.
3. Ataque electromagnético (EMP)
- Origen: explosión de gran altitud o tecnología específica de pulso electromagnético.
- Efecto: quema instantánea de sistemas electrónicos, incluidos transformadores y sistemas de control.
- Viabilidad: extremadamente raro, pero ha sido contemplado por fuerzas armadas como un escenario extremo de guerra no convencional.
🛡️ ¿España está preparada para esto?
Sí, parcialmente.
España cuenta con mecanismos de resiliencia energética y protocolos dentro de la Estrategia de Seguridad Nacional, que incluyen:
- Redundancia y aislamiento de sistemas clave.
- Planes de emergencia energética en colaboración con la UE.
- Unidades militares especializadas en defensa electrónica y ciberdefensa (como el Mando Conjunto del Ciberespacio).
- Centros de respuesta ante emergencias cibernéticas (CCN-CERT, INCIBE).
Un apagón de duración superior a 3 días ya pondría a prueba esos sistemas, y uno de un mes supondría una disrupción sin precedentes, requiriendo medidas de excepción como:
- Estado de alarma o excepción (art. 116 CE).
- Movilización total de recursos civiles y militares.
- Intervención de aliados internacionales y mecanismos de la OTAN o UE.
📌 Conclusión
Un apagón prolongado de un mes causado por un acto de guerra o sabotaje estatal es extremadamente grave, pero teóricamente posible si se combinan ataques físicos y cibernéticos bien ejecutados. No obstante, los sistemas europeos, incluido el español, cuentan con capas de protección y respuesta que lo harían muy difícil sin señales previas o sin una escalada mayor en el contexto internacional.