¿Puede un político católico recomendar públicamente a la gente que se bautice, se confiese y asista a misa frecuentemente?

Respuesta clara y afirmativa:

Sí, puede hacerlo. Y más aún: en muchos casos, debe hacerlo.
Le corresponde por su deber de caridad, justicia, y por el orden natural y sobrenatural establecido por Dios.


1. Catecismos de todos los tiempos

Catecismo Romano o de Trento (s. XVI):

  • Enseña que el Estado debe favorecer la religión verdadera, que es la católica.
  • Indica que todos los fieles, incluidos los príncipes, deben ayudar a extender la fe.

“El deber del príncipe cristiano es promover la religión con su ejemplo y autoridad, no solo en su vida privada, sino también en su cargo público.”

Otros catecismos tradicionales (San Pío X, etc.):

  • Defienden la unidad entre vida pública y fe católica
  • Enseñan que no se debe ocultar la fe por respeto humano
  • Recomiendan el apostolado como acto de misericordia espiritual (enseñar al que no sabe, corregir al que yerra, etc.)

2. Doctrina tomista

Santo Tomás de Aquino enseña que:

  • La virtud de religión (parte de la justicia) obliga a honrar a Dios pública y privadamente.
  • El bien común incluye el bien espiritual, no solo material.
  • Los gobernantes tienen el deber de promover el orden moral objetivo fundado en Dios.

“A la ley humana le corresponde conducir al hombre al bien común, y esto incluye la vida virtuosa y el culto a Dios.”
(S. Th., I-II, q. 95-96; II-II, q. 81-85)

Por tanto, un político que anima al pueblo a bautizarse, confesarse y asistir a misa obra conforme a la virtud de religión, y a la prudencia política recta, siempre que lo haga por el bien de las almas y no por interés propio.


3. La Patrística

Los Padres de la Iglesia elogian a los gobernantes cristianos que:

  • Favorecen el culto verdadero
  • Exhortan al pueblo a vivir en gracia
  • Ayudan a la propagación de la fe

Ideas frecuentes en la tradición:

“El emperador está en la Iglesia, no por encima de ella. Pero como fiel, ha de ser ejemplo para los demás fieles.”

“La verdadera república es aquella donde se honra a Dios con verdad.”

🔔 Nunca se les reprocha por invitar a bautizarse, asistir a misa o confesarse. Muy al contrario, los santos pastores les exhortan a usar su autoridad para conducir las almas al cielo.


Conclusión doctrinal firme:

No solo no es pecado o delito, sino que:

  • Es acto de virtud cristiana y deber moral recomendar el bautismo, la confesión frecuente y la misa.
  • Un político católico puede y debe hacerlo, si lo hace por el bien espiritual del pueblo.
  • Negarse a hacerlo por respeto humano o miedo a la opinión pública puede ser materia de omisión culpable (pecado de omisión), especialmente si tiene influencia real.

“La autoridad civil y el bien espiritual: deberes del político católico según la tradición”.

Director proyecto Con San Pelayo.
— Luis Gonzaga Palomar Morán

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