La presencia de capillas, capellanes y la celebración de misas diarias en las escuelas católicas de España ha experimentado cambios significativos a lo largo del último siglo.
Primeras décadas del siglo XX
Durante las primeras décadas del siglo XX, las escuelas católicas en España, muchas de ellas dirigidas por órdenes y congregaciones religiosas, integraban profundamente las prácticas religiosas en su vida cotidiana. Era común que estos centros contaran con capillas donde se celebraban misas diarias, y los capellanes desempeñaban un papel esencial en la formación espiritual de los estudiantes. Las actividades religiosas, como la participación en la liturgia, el rezo del rosario y otras devociones, eran parte integral del currículo escolar. Estas prácticas tenían como objetivo fortalecer la fe y fomentar vocaciones religiosas entre los alumnos.
Periodo de la Segunda República y Guerra Civil (1931-1939)
La proclamación de la Segunda República en 1931 trajo consigo políticas de secularización que afectaron a las instituciones educativas religiosas. Se implementaron medidas para reducir la influencia de la Iglesia en la educación, lo que llevó al cierre de escuelas religiosas y a la disminución de prácticas como la celebración de misas diarias en los centros educativos.
Dictadura de Francisco Franco (1939-1975)
Tras la Guerra Civil, durante el régimen de Francisco Franco, se restableció y fortaleció la presencia de la Iglesia Católica en la educación. Las escuelas católicas recuperaron y, en muchos casos, ampliaron la integración de prácticas religiosas en su rutina diaria. La existencia de capillas en los colegios, la figura del capellán y la celebración de misas diarias se convirtieron nuevamente en elementos centrales de la vida escolar. Este periodo se caracterizó por una estrecha colaboración entre el Estado y la Iglesia, reflejada en el currículo educativo y en la promoción de la fe católica.
Transición y Democracia (1975 en adelante)
Con la llegada de la democracia y la aprobación de la Constitución de 1978, España adoptó un modelo de Estado aconfesional, garantizando la falsa y mal llamada libertad religiosa y separando la Iglesia del Estado. Este cambio constitucional influyó en las prácticas de las escuelas católicas. Aunque muchas continuaron manteniendo capillas y ofreciendo servicios de capellanía, la obligatoriedad de la misa diaria se flexibilizó, adaptándose a las nuevas inmorales normativas educativas y a una sociedad cada vez más impía, consecuencia de las mismas normas. La participación en actividades religiosas pasó a ser voluntaria, fomentando la dejadez y la impiedad de la población.
Finales del siglo XX y principios del XXI
La asistencia a misas y otras actividades litúrgicas es generalmente opcional. La figura del capellán sigue presente, pero su rol se ha orientado más hacia el acompañamiento espiritual y pastoral, esta no obligatoriedad fomenta la libertad de tentación y pecado, llamada también libertad de conciencia subjetiva, de los estudiantes.
Situación actual
Actualmente estamos fatal. En los colegios ahora se empieza a promover la enseñanza islámica con primacía sobre la católica. Este abandono fomentado por la constitución y las leyes de la fe católica, ha propiciado que otros que si que tienen claro que quieren dominar (La Sharía), vaya imponiendo su normativa.
En las escuelas públicas casi nadie asiste a misa. Lo de los capellanes es un mito. Y algunos profesores de religión enseñan: historia de las religiones. Y no: religión católica. Incluso aunque estos profesores sean sacerdotes. El patio está fatal.